Y denuevo, sin darme cuenta y sin querer, tropiezo y caigo con el mismo obstáculo. Y duele.
No hay mucho que pueda hacer. Tal vez hacerme el loco, como siempre, hacer que no existe, que no duele y seguir caminando. Aún cuando siga doliendo y las lágrimas traten de brotar.
Porque, al final, solamente a mi me duele el pie.
"Ojalá algún día encuentres algo que te haga feliz".
Lo había encontrado.
domingo, 21 de octubre de 2012
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